Jhonatan Ruiz Ortiz


UN RECORRIDO SOBRE EL TIEMPO HISTÓRICO Y SU APLICABILIDAD


Para poder iniciar con todo el recorrido sobre el “Tiempo Histórico” es importante en un primer momento hablar sobre Moradiellos [2011] quien explica la transformación que ha sufrido la historia desde sus inicios cuando se consideraba dicha disciplina como un elemento aislado de la ciencia pero que por medio de su desarrollo le permitió convertirse en una ciencia a pesar de su adopción del método científico con enfoque positivista de las en un primer momento. Hacia el siglo XX dicho desarrollo continúa cuando esta ciencia se fusiona con los métodos históricos y nacen las subdisciplinas de la historia para facilitar su compresión y estudio, de igual manera nos deja claro que la historia no necesariamente necesita del método científico o del positivismo para poder establecerse como ciencia, ni tampoco para poderse estudiar, ya que existen múltiples métodos historiográficos que permiten el estudio de la historia, sin dejar atrás la importancia de preguntarnos ¿Qué es una fuente? y ¿Qué se puede tomar como fuente?, o la concepción de que existen corrientes en la historia cuantitativas y cualitativas; y que dependiendo el enfoque metodológico se debe escoger la más acorde al proceso que se quiera realizar.

Para poder continuar con la contextualización sobre el “Tiempo Histórico” en un segundo momento se tratan a los autores Feliu & Hernández [2011] quienes nos comentan sobre la importancia de que nuestros estudiantes comprendan el tiempo, pero aún más allá que entiendan el tiempo histórico, para este proceso los autores proponen trabajar en ellos la sucesión, la posición en el tiempo, la reversibilidad, la simultaneidad, la continuidad y el cambio; que son conceptos claves y necesarios como primer paso para poder entender su importancia y poder aplicar este término que a veces resulta un poco confuso para nosotros como docentes.

Según Feliu & Hernández [2011] se deben incentivar a nuestros estudiantes en algunas habilidades claves para el desarrollo del tiempo y del tiempo histórico, tales como medir el tiempo y el tiempo histórico, utilizar la cotidianidad para la aplicación de temáticas, hacer énfasis en la utilización de herramientas que permiten medir el tiempo, tener en cuenta el tiempo vivido, percibido y concebido de los niños, así como otras actividades que permiten que los niños se apropien de las temáticas propuestas, como la representación gráfica del tiempo.

Teniendo en cuenta estos dos primeros textos es pertinente tratar algunas temáticas que proponen los autores desde perspectivas diferentes, inicialmente el autor Moradiellos [2011] hace una descripción exhaustiva de la evolución de la historia, donde nos pone de presente como la misma ha logrado salir del método científico positivista, para encontrar otras corrientes que le permiten a los historiadores y en nuestro caso como docentes, tratar las temáticas de historia desde otras perspectivas; y esto es lo que nos permite, precisamente, el tiempo histórico, observar la historia no como esa materia aburrida, sino como una ciencia que permite la compresión del presente y del futuro, teniendo en cuenta nuestro pasado.
Para que los estudiantes logren esa apropiación del tiempo histórico, toca tratar varios conceptos los cuales comentan los autores Feliu & Hernández [2011], uno de ellos es la sucesión, la cual permite que el estudiante entienda que los hechos tienen un antes y un después que debe ser analizado para comprender ese hecho; otro concepto es la posición en el tiempo, el cual ubica en un presente, pasado o futuro el hecho que se esté estudiando; otro concepto es la reversibilidad el cual permite ver el hecho en todas las direcciones posibles aunque desde mi perspectiva consideraría que es un poco complejo de manejar en niños, sería un concepto para analizar con estudiantes de secundaria; otro concepto a tratar es la simultaneidad, el cual permite observar que mientras ese hecho estaba ocurriendo, muchos otros hechos sucedían a la par, ya fuera en el mismo lugar o en diferentes contextos, este sería al modo de ver el concepto más importante, porque permite abrir la malgama de creatividad e imaginación en los estudiantes al poder idealizar lo que sucedía simultáneamente, adicional la educación se centra algunas veces en los pensamientos eurocentristas y este concepto permitiría ver que está sucediendo en otros espacios; y los últimos conceptos son continuidad y cambio, los cuales analizan los elementos que se han transformado o que continúan siendo iguales en el tiempo.

Por eso al reflexionar al respecto, las temáticas que se deben de enseñar en la escuela son pertinentes para muchas conceptualizaciones de nuestro contexto, pero si los estudiantes no se apropian de estos conceptos que maneja el tiempo histórico, de nada servirá que aprendan por aprender sobre determinado hecho que haya ocurrido en el pasado, porque el estudiante no encontrará la aplicación adecuada del mismo en su contexto, pero claramente en un lugar más importante poder entender su ahora.
Hay algo con lo que concuerdan los autores de ambos textos, y que considero es muy importante para la apropiación de los hechos y del tiempo histórico, y son las fuentes historiográficas; como lo comenta Moradiellos [2011], las fuentes pueden ser primarias si se toman directamente desde donde surgió el hecho y secundarias si son tomadas de otros autores que ya trabajaron las fuentes primarias. Lo más enriquecedor de esto es que las fuentes no se centran solo en textos y escritos, como erróneamente lo hacen en la escuela, sino que también se pueden tratar a través de imágenes, videos, películas, estadísticas, testimonios, observando edificios y herramientas que se hayan utilizado en otras épocas, como múltiples tipos de fuentes que existen en la actualidad. Y esto es algo que también dejan claro los autores Feliu & Hernández [2011], al hacer énfasis en las actividades que proponen en cada uno de los ítems que ellos plantean, ya que esas actividades toman diferentes fuentes para que los estudiantes se puedan apropiar de la temática o del hecho que se vaya a estudiar.
Por otro lado, es interesante la propuesta que mencionan Feliu & Hernández [2011], que han hecho otros autores sobre generar diferentes ópticas de los periodos de la historia, porque como lo mencionan ellos las etapas que se proponen generalmente son muy dispares y pueden generar confusión en los estudiantes, por tal motivo seria pertinente observar estos periodos desde otras perspectivas como las que los autores mencionan, ya sean por los modos de producción, por los modos económicos, y porque no proponer unos modos culturales, sociales, educativos, entre otros.

Dentro de los métodos historiográficos que expone Moradiellos [2011], se podría tomar para la aplicación en la escuela el Método Micro histórico (aunque claro teniendo en cuenta el contexto de la escuela), debido a que este toma en cuenta la relación espacio – tiempo, y se conceptualiza desde lo más mínimo de la escala de análisis y se aprovecha al máximo las fuentes que se toman para su desarrollo, esto va a permitir que el estudiante puede realizar la aplicación de los nociones aprendidas para el tiempo histórico de manera más eficiente y fácil, ya que pudiendo observar desde algo tan mínimo el estudiante podrá tener en cuenta cada punto y luego poderlo llevar a un contexto macro.

El inconveniente está en cambiar el pensamiento de los estudiantes que están en formación, la idea no es formar historiadores, sino estudiantes aptos para entender y comprender la historia no solo de su país, sino la del mundo en general, pero el inconveniente está al finalizar la etapa secundaria de cada estudiante, porque “parece que al finalizar la escolaridad obligatoria los aprendizajes del alumnado sobre la historia están formados por una serie de elementos aislados, hechos, personajes y fechas, y algunos tópicos sobre conceptos como descubrimiento, revolución o progreso” [Pages & Santisteban, 2010, p. 285], por eso es necesario brindar las herramientas correspondientes a los estudiantes.

Para tales efectos como se mencionaba anteriormente, lo importante es poder proporcionar herramientas básicas a los estudiantes sobre el tiempo, ya que “el tiempo es un concepto de gran complejidad y sólo lo podemos comprender desde una mirada amplia y transdisciplinar. El tiempo está presente en nuestra vida, una vida organizada alrededor del reloj, los horarios y el calendario” [Pages & Santisteban, 2010, p. 282], y desde las Ciencias Sociales como asignatura se tiene el deber de realizar estos procesos de enseñanza – aprendizaje, porque el tiempo está relacionado en todos los aspectos de la vida, y siempre los docentes tendrán que transformar la educación y que no vuelva a ocurrir los desastres didácticos del siglo anterior,

Hasta principios del s. XX, la historia se reducía al conocimiento cronológico de sus hechos, a una sucesión lineal de los eventos en los que se destacaban las acciones gloriosas o fracasadas de distintos personajes importantes con sus fechas clave. Los diferentes acontecimientos históricos que se enseñan en la escuela, se han trasmitido desde una perspectiva positivista. [Diaz Villafañez, 2016, p. 46]

Y es que a pesar de los errores cometidos en el pasado aún se piensa desde una manera positivista el proceso de enseñanza – aprendizaje, porque los docentes aún están en el proceso de transición de entender cómo se debe realizar el proceso didáctico para lograr que la educación tenga por objetivo también,
Estudiamos el tiempo para saber qué hora es, qué día es hoy, cuándo tenemos que celebrar los cumpleaños o para comprender por qué hay gente que no los quiere celebrar. Para poder decir qué pasaba en el mundo cuando yo nací, qué película hacían en los cines, qué canción se escuchaba, qué conflictos existían o quién mandaba, qué era noticia o cómo era mi ciudad. [Pages & Santisteban, 2010, p. 282].

Y por eso entender el tiempo va mucho más allá de saber estos aspectos, por eso es que entra allí el tiempo histórico como herramienta, como metodología, como proceso de entendimiento para nuestros estudiantes, y de igual manera es tarea de nosotros como docentes hacer el proceso correcto, como por ejemplo hacer la diferenciación entre lo que es el tiempo personal y el tiempo histórico, “una primera aproximación al concepto tiempo, que nos será muy útil fundamentalmente en la etapa de infantil y en los primeros cursos de la educación primaria, es la diferencia entre el tiempo personal y el tiempo histórico”  [Diaz Villafañez, 2016, p. 45], partiendo de este punto será más fácil para los estudiantes entender el trabajo que se quiere realizar con ellos.

A partir de aquí y desarrollando el tiempo histórico el estudiante tendrá las habilidades que le permitirán entender de manera escalar el tiempo, “el asentamiento de la temporalidad le vamos edificando durante toda nuestra vida, por eso es necesario que desde un primer momento la escuela ayude al niño/a a construir estructuras temporales cada vez más completas y complejas” [Diaz Villafañez, 2016, p. 50], para que una vez que termine su proceso educativo, tenga esas herramientas básicas, que le ayudaran en todos los ámbitos de la vida, ya sean profesionales, educativos, culturales, entre otros, porque “la construcción de la temporalidad, sin embargo, se realiza durante toda la vida. La escuela puede ayudar a que los niños y niñas formen estructuras temporales cada vez más ricas y funcionales” [Pages & Santisteban, 2010, p. 287].

Pero como lo mencionábamos anteriormente “actualmente existen diferentes propuestas que comienzan a caminar en esta línea, pero todavía dominan las enseñanzas basadas en una racionalidad positivista y en una concepción lineal del tiempo histórico” [Pages & Santisteban, 2010, p. 286], entonces nuevamente se reitera que es importante la transformación de la concepción del tiempo histórico.

Conclusiones
El proceso de enseñanza – aprendizaje parte de lo que el docente desarrolla en su clase, por tal motivo es el deber del educador, estar en un constante proceso de aprendizaje y adicional a esto que se esté actualizando en repetidas ocasiones, debido a que los procesos educativos están en constante cambio, ahí es donde comienza el inconveniente de enseñar las mismas cosas que se han enseñado desde el siglo XX [es decir los docentes no se actualizan y utilizan las mismas metodologías del siglo anterior], como se menciona en el escrito, es aquí donde el Tiempo Histórico llega como una nueva fase en la enseñanza de la Historia, obviamente mezclada con la didáctica que no se puede dejar atrás junto con otras herramientas que el docente debe tener en cuenta en todo momento. El docente no puede dejar atrás estos conocimientos porque son los que le permiten desarrollar su labor de una manera más amena y facilitándole a sus estudiantes el aprendizaje de esta nueva fase.
El inconveniente en el caso colombiano, es que algunos docentes que hay de Ciencias Sociales en la Educación tanto Primaria como Secundaria están ajenos a los procesos de cambio que han surgido en los procesos de enseñanza y en los procesos de aprendizaje, por tal motivo aun en pleno siglo XXI los estudiantes terminan sus procesos de enseñanza aprendizaje sin entender cuál es la verdadera función del tiempo con relación al espacio, y la percepción critica por ejemplo de los hechos históricos que han pasado en un país no sobrepasan la memorización y la repetición de los mismos.
En todo el proceso de andamiaje que realizamos los docentes debemos tener en cuenta la contextualización y las necesidades de cada estudiante, por tal motivo se tienen que observar cuales son estas para que, al momento de llegar a un aula, podamos ejecutar de manera eficiente y exitosa el aprendizaje de los alumnos, porque para nadie es un secreto que cada estudiante aprende de manera diferente y en tiempos diferentes [hablando de temporalidades], pero como se decía anteriormente estos procesos son los que el docente debe de tener en cuenta al momento de preparar sus clases y también en los que se debe actualizar y cuestionar constantemente.

REFERÊNCIAS
Jhonatan Ruiz Ortiz es estudiante de Maestria en Educación de la Universidad del Tolima – Colombia.

Diaz Villafañez, M. (2016). El aprendizaje del tiempo y su enseñanza en la Educación Primaria. Tabanque Revista Pedagógica, 29, 43-68.
Feliu Torruella, M., & Hernández Cardona, F. X. (2011). Idea Clave 1 e Idea Clave 2. En M. Feliu Torruella, & F. X. Hernández Cardona, 12 Ideas Clave. Enseñar y aprender historia. (págs. 21 - 44). Barcelona: Editorial Graó.
Moradiellos, E. (2011). Métodos y técnicas de construcción del conocimiento histórico. En E. Moradiellos, Geografía e historia. Complementos de la formación disciplinar (págs. 47 - 62). Barcelona: Ministerio de Educación y Editorial Graó.
Pages, J., & Santisteban, A. (2010). La enseñanza y el aprendizaje del tiempo histórico en la Educación Primaria. Cad. Cedes, Campinas, Vol. 30, 281-309.

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